domingo, 10 de noviembre de 2013

Ajedrez.

No está todo perdido. Digo.
Menos la esperanza. Pienso.
Y tiro las fichas del tablero
pronunciando en alto
que terminó la partida.
menos mal que soy la única que reconoce la falsedad en mi voz.

Lo malo de las revanchas es que siempre te las concedo.

Y entonces hasta el menor de tus peones se come a mi reina.
Y tú sales ileso
y yo implosiono,
para que no te des cuenta de lo mucho que puedo llegar a ahogar.

Ojalá te ahogaras
en uno de mis mares.
Y ya no pudieras dejar de nadar.
Y poder así,
decidir
dejar de rescatarte.

Y dar jaque a tu rey.
Y terminar con la partida.

2 comentarios:

  1. Es precioso, de verdad de la buena.
    "Y tú sales ileso
    y yo implosiono,
    para que no te des cuenta de lo mucho que puedo llegar a ahogar."

    Y tus palabras matan.

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    1. Comentarios así sí que me matan. Muchísimas gracias, me alegro de que te lo parezca, de verdad.

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