Voy a explicarte como ser indiferente mientras te destruyes
por dentro
pero quedas de puta madre.
Prende un cigarro,
ahora da una calada
y apágalo,
y con él, las esperanzas.
Como si no quisieras ofrecerle otro y charlar hasta las
tantas
y di que tienes algo
que ya os veréis.
Al salir contonea las caderas.
Y sonríe de lado.
Tienes dos opciones:
Perder los papeles y alegar que no te sabes más guión.
O irte sola
y ser digna
amarga, como su tónica.
Como la noche que te espera sin él.
jueves, 18 de julio de 2013
Como que se te congela algo dentro, y dejas de
fluir.
Y entonces nadie te dice que no te mueras. Y te acojonas, y apretas las
rodillas contra el pecho, y los huesos se llenan de invierno. Y el hielo del
lago se deshace en tus pupilas. Y te preguntas si esta vez no es una broma, si
esta vez va en serio. Si los sobres acumulados de facturas se han convertido ya
en un embargo en tu cuenta bancaria. O si el avión que acabas de ver en NY chocando
contra una de las torres no es una película, porque no pueden estar poniendo la
misma escena una y otra vez, pero los demás clientes del bar hablan, y tú
tienes que seguir con tus vacaciones cuando hay cientos de personas que, sin tú
saberlo, jamás van a poder volver a tener unas. Y apretas los dientes, joder,
tengo que dejar de hacer eso, te dices, pero sigues con el ceño fruncido. Nunca
nadie se había ido con tanta fuerza. Pero no te vayas.
Soy
una mentirosa, una vulgar mentirosa, y ya va siendo hora de reconocerlo. Hablo
sobre tequilas que no bebo, sobre cigarrillos que no fumo, besos que no doy,
polvos que no echo y amores que no he sentido.
¿Veis?
Una farsante que no sabe mentir a nadie que no sea el papel. Pero, como Sabina
dice sobre sí mismo, supongo que exagero mi caricatura y, si me paro a
pensarlo, todos exageramos o nos exageran la nuestra propia, aunque la de
algunos más que la suya es una copia barata de la de otros. Quién no ha
conocido a alguien de quien ha escuchado pestes y luego ha descubierto que esa
no era la realidad, o al contrario. Es triste que, ‘’you are who you are when
no one is looking’’, sea una verdad tan enorme, y se nos esté olvidando el ser
nosotros mismos, que, al final, es lo valioso. Pero no, somos nosotros
sonriendo al exterior, comportándonos como se supone que es lo aceptado en
nuestro círculo, teniendo que escuchar canciones que son como flores preciosas,
al principio a todo el mundo gusta pero progresivamente se van marchitando y se
olvidan efímeramente. Ahorrando para conseguir ir a festivales de música que a
algunos ni gusta, vistiendo como marca vete-tú-a-saber-quién porque necesita
vender, porque ya todo el mundo tenía pares y pares de los condenados
pantalones campana, así que ahora toca tirarlos y cambiarlos por los pitillo,
muy modernos sí, casi tanto como caros son los que tienen una estúpida
etiquetita con algún nombre conocido que
eleva al doble el precio del producto, y claro, como no, cada campaña todos de
la misma gama de colores, y apáñatelas como puedas para buscar algo que no esté
de moda, porque puedes recorrerte medio mundo sin conseguir unos pantalones que
no lleven pinzas si esa temporada es tendencia, o con ellas si no llevarlas es
del verano pasado. Leyendo, los que al menos lo hacen, los dichosos
‘’Best-seller’’ sobre historias de morbo entre una jovencita y un tío con
extraños gustos en la cama, pero oye, ¡una obra increíble, eh! Ja. Ja. Ja. Si
tenemos hasta las mismas ideas políticas, por amor de Dios, o eres rojo o
facha, ¿y el maravilloso punto medio qué? ¿se ha perdido por el camino o lo
habéis matado con vuestro radicalismo?
Hacemos
las mismas fotos, los mismos comentarios, las mismas opiniones. Y esto es una
exageración, sí, no todos es así siempre, y yo no soy la lista que no cae en
ninguna de esas trampas, ni la tonta que las sigue todas. Esto es la causa de
desvelarme a las siete de la mañana y encontrarme una revista y el ordenador al
lado, y tener, desde hace mucho, ganas de ser otra persona más criticando un
poquito la zoociedad.
Y
algo tendremos que sacar en claro de esto, somos los responsables de que todo
lo escrito siga así o ser capaces de ponernos una blusa azul cuando las tiendas
estén plagadas de negro. Sé tú mismo, es lo más valioso. Sonríe, es lo más
serio.