Ayer no podía dormir por tu presencia, y hoy porque ya no
estás. Es extraño como la gente sale y entra de tu vida sin molestarse si
quiera en enseñar el pasaporte, sin dejar una fianza para los posibles daños
creados a causa de ilusiones fallidas. Es extraño como dejas de echar de menos
para echar de mas, o como entiendes que la frase "no te das cuenta de lo
que tienes hasta que lo pierdes" es una de las mayores verdades dichas por
el jodido ser humano. Que yo no se si te echo de menos o de mas, si necesito tu
olor para poder dormir o es mi cama que se queja por el puto frío con cada
amanecer. O mis manos, que se habían olvidado ya de desabrochar unos botones
que no fueran los tuyos. O mis sabanas que ya tenían ganas de hacer la función
que últimamente hacían tus brazos. O el sol harto de que cerrara las persianas
y no le dejara entrar para intentar que nuestra noche fuera eterna. Yo no se
que es, de menos o de mas, pero lo que se es que nunca se me dieron bien las matemáticas,
ni si quiera sumar uno mas uno, nunca me ha dado dos.
sábado, 6 de octubre de 2012
martes, 21 de agosto de 2012
Vete ya.
Me agobio y quiero escapar, aunque solo sea un
poco, de las continuas peleas, de los enfados sin sentido ni rumbo, que acaban
por naufragar en el colchón haciendo que no nos demos otra cosa que no sea la
espalda. Pensando, tú, en la manera de darte la vuelta y susurrarme al oído
alguna de tus monerías, yo, en la forma de levantarme, vestirme e irme
dando un portazo que suene a
una despedida que no se me ocurre cómo
pronunciar. Pero pensando cada uno en su plan terminamos por caer rendidos en
manos de Morfeo y no decirnos palabra hasta el día siguiente en el desayuno,
para que me pases la mermelada.
martes, 7 de agosto de 2012
. y final
Tenía que decirlo, que decírtelo, tenía que ponerle el punto final a
esto. Puede que no esperásemos un final así, puede que ni siquiera
esperásemos un final, del tipo que fuera, da igual, puede que ese era el
problema. Demasiada fe en el algo tan volátil y, aunque no lo supiéramos,
efímero.
Supongamos que solo son calles.
Supongo que por mucho que intentemos volver a un puto de partida
si has girado hacia la derecha y te has perdido entre las callejuelas
nunca podrás volver al momento ni al lugar donde comenzaste a caminar
y más si es en una ciudad desconocida, nueva, en la que
nunca habías estado pero que te invita a sumergirte en sus calles
porque tiene un encanto especial, algo que te cautiva, que te hace tener
ganas de salir a caminar aunque sea sin rumbo. El problema es cuando va
anocheciendo y sus calles empiezan a inspirarte desconfianza, y huyes sin darte
cuenta de que nunca podrás volver a ese lugar porque te lo
encontraste sin querer, sin apuntar la dirección ni el rumbo.
-Y apuras hasta la ultima calada para ambicionar algo que, en
realidad, hace tiempo que se consumió.
Como cuando no sabes si estas bien o mal, si echas de menos o de más.
Yo solo quería un poco más de todo aquello, aunque sea para darnos
la despedida en condiciones que nunca tuvimos. Aunque sea para poder recordarte
mejor y de una forma más triste, como las fotografías antiguas, si, así, como
una fotografía antigua y desgastada que cuando la miras produce una sonrisa
amarga en la boca y te hace volver a un poquito de todo aquello que contiene.
sábado, 21 de julio de 2012
Muchas veces no entendemos la diferencia entre lo que es conveniente y lo que es necesario.
No nos damos cuenta pero somos hedonistas por naturaleza, nos
dejamos llevar por los impulsos y las ganas, ya se sabe con el corazón
caliente, olvídate de la mente fría. Y así te mueves, dejándote llevar, jodiéndola
a veces y ganando a ratos. Pero de todo se saca algo bueno, aunque sea el
disfrute del momento o aprender a librarte de las consecuencias.
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